Pedro Florentino González Hernández reconoció el primer día del juicio que abusó de 32 pacientes
Pedro Florentino González Hernández reconoció haber abusado de 32 de sus pacientes en el centro de salud Goya 2, en Zaragoza. Fue el primer día de juicio para tratar de llegar a un acuerdo en el que evitar la prisión y no tener que escuchar a las víctimas, si bien dos de ellas se vieron con fuerzas de seguir adelante y no llegaron a ningún pacto con el doctor. Este martes han relatado los tocamientos que sufrieron en el interior de la consulta en un momento en el que, por la pandemia, el acceso era sin acompañantes.
Una de ellas, que incluso trató de quitarse la vida posteriormente, señaló que fue por un dolor en la espalda y que acabó «sobando» los pechos. «Me dolían las vértebras y me dijo que fuera a la camilla cuando me preguntó si alguien me había realizado un control mamario», ha recordado a preguntas de la Fiscalía y de su abogado Miguel Guillén.
«Era la primera vez de un reconocimiento mamario, no sabía cómo eran, pero me justificó que lo hiciera preguntando por si había antecedentes en la familia», ha añadido esta mujer, que ha declarado detrás del biombo para proteger su identidad, si bien ha tenido que coger con sus manos temblorosas un micrófono de mesa por falta de uno de pie.
Esta víctima del doctor González Hernández ha añadido que «en ningún momento le tocó para buscar un bulto» y que se sintió «cohibida» por su médico «del que confiaba». También ha recordado que lo intentó en dos ocasiones más cuando fue a visitarle al domicilio, pero que en aquel momento le emplazó a ir a una consulta presencial porque «no estábamos solos en la habitación». «Me pidió una vez una analítica y me llamó por teléfono a darme los resultados y me dijo: ‘Estás muy buena, no te ha salido ninguna X'».
Otra de las víctimas que ha roto su silencio ha explicado ante el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza que acudió a pedir ayuda porque su marido quería divorciarse y necesitaba tratamiento psicológico. «Me vio sensible y me dijo que si necesitaba un abrazo», ha afirmado esta mujer, quién ha aseverado que al salir de la consulta Pedro Florentino González Hernández le dijo, mientras le tocaba el pecho: «¿Te pide el divorcio con las tetas tan bonitas que debes tener?». Una afirmación que le bloqueó y que, tal y como ha reconocido, no sabía cómo iba a salir de allí. Lo consiguió cuando el facultativo le dijo si quería fumar y ella vio una oportunidad de salir, si bien relató, a preguntas de su abogado Alberto Peiró, que mientras se echaron un cigarrillo él le espetó: «Tu marido te jode, pero no te jode, ¿verdad?».
En un momento de su declaración esta mujer se ha girado, mirado a los ojos al doctor y le ha pedido que le reconozca lo que hizo. «Que me lo diga, le honra que lo haya dicho aquí, pero que lo haga mirándome». Asimismo, ha criticado que «nadie le haya escuchado». «Pedí ayuda en el consultorio a muchas personas y pasaban de mí, no me creían, incluso llamaron a la Policía Local un día que estaba alterada», ha lamentado.
«¿Nadie nos escucha a las mujeres?», se ha preguntado con voz crítica al tiempo que ha agradecido la labor de la farmacéutica que le animó a denunciar y a la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón por su labor investigadora para dar con todas las damnificadas y detener al médico.
La detención de este facultativo se produjo en mayo del pasado año, después de que siete mujeres fueran a comisaría y expusieran haber sufrido tocamientos innecesarios e, incluso, que fueran tratadas con palabras como «cariño», «guapa» hasta decir «qué bonitas uñas tienes» a una de ellas. El efecto de dicho arresto fue que saliera a la luz un modus operandi por parte del investigado que 32 mujeres se vieron reflejadas como víctimas.
La Fiscalía proponía inicialmente penas que sumaban 60 años de prisión, pero la confesión de Pedro Florentino González Hernández y la reparación del daño con el abono de unos 2.000 euros por víctima que destacó la abogada defensora, Claudia Melguizo, conllevó una modificación de la pena de cara a la sentencia que tendrá que dictar el juez. Con el cambio, el ministerio público solicita un año de cárcel por cada uno de los 26 abusos consumados y medio año por cada una de las seis tentativas, además de no oponerse en la suspensión de la pena, es decir, que no ingrese en la cárcel.
De hecho, la defensa avanzó que lo va a pedir y las acusaciones de la treintena de mujeres que pactaron y la Fiscalía pusieron como condición: un curso de reeducación sexual y 250 días de servicios a la comunidad. Frente a ello están los abogados de las víctimas que han declarado este martes y que han afirmado que se opondrán y han solicitado una condena de 3 años de cárcel.
Al término del juicio, el médico que ya está jubilado ha querido pedir perdón a las víctimas y ha asegurado que está bajo tratamiento psicológico.